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Los procesadores de Intel llevan años ofreciendo un excelente margen de sobreaceleración, algo que no ha cambiado ni un ápice con la aparición de su 10ª generación de CPU. Lamentablemente, a mucha gente le causa aún demasiado respeto este tema; un respeto en forma de miedo a que se rompan sus equipos. Ese riesgo solo existe realmente si la sobreaceleración es excesiva o muy agresiva, y no es necesario asumirlo, ya que también se puede apostar por una sobreaceleración moderada y en su justa medida para obtener igualmente una mejora sustancial de rendimiento.
Merece la pena, por tanto, dedicar esta entrada a dar respuesta a las dos preguntas más comunes en torno a este tema, que no son otras que cómo iniciarse en el mundo de la sobreaceleración y dónde notaremos mejoras de rendimiento.
Un aviso importante antes de empezar.
La mayoría de las CPU y placas base llevan de serie unos sistemas de protección que cortan el suministro eléctrico en el momento en el que detectan que pueden ocasionarse daños a nivel de hardware. Aunque vamos a ser muy cautos a la hora de forzar tu CPU por encima de sus valores de fábrica para evitar problemas, has de ser consciente de que siempre existe riesgo, por lo que, a partir de ahora, todo lo que hagas y ocurra en base a nuestras indicaciones queda bajo tu propia responsabilidad.
De igual manera, las hemos simplificado al máximo para que te resulte fácil seguirlas. Al fin y al cabo, nuestra intención es enseñarte a llevar a cabo la sobreaceleración y obtener un extra de rendimiento, no batir ningún récord en esta materia.
Antes de empezar, debes tener en cuenta que no solo cada modelo de procesador tiene su propio modus operandi en lo que a sobreaceleración se refiere. Pasa igual con los distintos chips de un mismo SKU (modelo). Eso significa, ni más ni menos, que dos personas con un Core i9 10900K pueden experimentar resultados muy diferentes. Eso sí, siempre buenos.
Nuestra configuración de hardware
Tu hardware no tiene por qué ajustarse necesariamente al nuestro, pero sí que recomendamos disponer de una placa base MSI igual o similar, un potente sistema de refrigeración de CPU y, por supuesto, la misma CPU.
- Placa base: MSI MEG Z490 ACE (LGA 1200 Socket)
- Procesador: Intel Core i9 10900K
- Sistema de refrigeración de la CPU: MSI MAG CoreLiquid 360R AIO Liquid Cooler
- Kit de memoria RAM: 32GB Corsair Vengeance LPX DDR4 4600 MHz
- Fuente de alimentación: Cooler Master V850
- Caja: MSI MPG GUNGNIR 110R ATX Case
El Core i9 10900K de Intel es un potente procesador de 10 núcleos y 20 hilos que precisa de un buen sistema de refrigeración, sobre todo si deseas realizar una sobreaceleración efectiva. Dado el caso, el MAG CoreLiquid 360R es un sistema de refrigeración líquida AIO de 360 mm ideal para mantener el procesador a baja temperatura mientras le sacamos jugo.
Prueba de rendimiento inicial
Vamos a realizar unas cuantas pruebas rápidas de rendimiento antes de llevar a cabo la sobreaceleración para luego comparar resultados. No estaría mal que las llevaras a cabo tú también, ya que es probable que tus resultados iniciales difieran un poco.
Cinebench R15 (Multi): 2665 puntos (sin sobreaceleración)
Cinebench R20 (Multi): 6394 puntos (sin sobreaceleración)
Renderizado de BMW en Blender: 2 minutes & 46.98 seconds
Renderizado de aula en Blender: 8 minutes & 54.62 seconds
Cómo sobreacelerar el Intel Core i9 10900K
Configuración de la BIOS
Antes de empezar a sacar punta al procesador, debemos hacer una visita a la BIOS de la placa base. Para acceder a ella, pulsa la tecla Supr (o machácala insistentemente, como hacen algunos) nada más arrancar el equipo.
Aparecerá entonces en pantalla una interfaz dominada por los colores rojo y negro.
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Pulsa la tecla F7 del teclado para acceder al modo avanzado, el cual permite retocar manualmente los valores de la placa base y la CPU. La interfaz cambiará y lucirá aproximadamente tal que así:
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Baja hasta la opción "Overclocking Settings" con el teclado o el ratón y pulsa Intro o haz clic en ella. Se abrirá un menú de configuración similar a este:
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Usa de nuevo las flechas del teclado para avanzar hasta la opción denominada "CPU Ratio" e introduce el valor "51". Pulsa entonces F10 y aparecerá una ventana emergente solicitando la confirmación los cambios realizados. Pulsa "Yes" para aplicarlos y reiniciar.
Y ya está. Eso es todo. ¡Ya has dado el primer y sencillo paso para sobreacelerar tu 10900K! Los 10 núcleos de la CPU deberían correr a 5,1 GHz si todo ha ido bien.
Te habrás dado cuenta de que hemos dejado todos los demás ajustes en "Auto" en el último paso. Son ajustes sin trascendencia a nivel de rendimiento, aunque podemos también configurarlos para lograr un consumo más eficiente de energía.
Eso sí, debes tener presente que el procesador puede notar muchísimo los incrementos de voltaje por pequeños que sean, así que pon mucha atención a la hora de configurar el siguiente conjunto de valores.
Regresa a la BIOS y abre de nuevo la pestaña "Overclocking Settings". Una vez en dicha pestaña, desplaza el menú hasta que aparezca la opción "DigitALL Power" y haz clic en ella.
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En el menú "DigitALL Power" encontrarás una opción llamada "CPU Load Line Calibration Control". Haz clic en ella. Emergerá entonces un nuevo menú parecido a este:
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Selecciona el parámetro "Modo 2" y pulsa Intro. A continuación, pulsa la tecla Esc para volver al menú anterior y baja hasta la opción denominada "CPU Core Voltage".
Deberías poder introducir un valor de voltaje en ella. El valor en cuestión que debes introducir es "1.320". Ojo: ¡el punto es imprescindible, porque expresa decimales! Una vez introducido correctamente, pulsa Intro y, seguidamente, la tecla F10 para guardar y salir. Volverá a emerger una pantalla de confirmación de cambios. Revisa que todo está bien y pulsa "Yes" para confirmar.
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Si el reinicio se produce como es debido, es decir, sin inconvenientes, significa que todo va como la seda. Toca ahora pasar a las frecuencias de memoria, pero haz si quieres un alto en el camino para efectuar algunas pruebas de estabilidad y memoria, que nunca vienen mal tampoco.
Vamos pues con la memoria. Reinicia y vuelve a acceder a la BIOS.
Abre nuevamente la pestaña "Overclocking Settings", desciende por las opciones hasta que encuentres una llamada "Extreme Memory Profile (XMP)" y haz clic en ella. Emergerá una ventana semejante a esta:
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Habilita el perfil. El icono de un kit de memoria que aparece en la parte superior izquierda debería resplandecer de la siguiente manera:
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La frecuencia exacta aplicable varía según el kit de memoria instalado. De todos modos, el proceso para habilitar el perfil XMP es el mismo. En nuestro caso, nuestra memoria funcionará con el perfil predeterminado a 4600 MHz. Pulsa la tecla F10 para guardar y salir de la BIOS, confirma los cambios y responde que sí.
Espera a que el equipo se reinicie y... ¡listo!
Resultados de las pruebas con sobreaceleración
¡Comprobemos la mejora de rendimiento que hemos obtenido al exprimir este procesador Core i9 y nuestra placa base Z490!
Cinebench R15 (Multi): 2746 puntos (una mejora del 3 % con sobreaceleración)
Cinebench R20 (Multi): 6551 puntos (una mejora del 2,4 % con sobreaceleración)
Renderizado de BMW en Blender: 2 minutos y 40,86 segundos (una mejora del 3,6 % con sobreaceleración)
Renderizado de aula en Blender: 8 minutos y 37,27 segundos (una mejora del 3,17 % con sobreaceleración)
Como se puede apreciar, la mejora global de rendimiento se sitúa en torno a un 3 % con respecto a los resultados anteriores utilizando exactamente el mismo hardware.
Optimización de cara al uso cotidiano
Si bien para el día a día es posible apurar hasta los 5,2 GHz, vemos mejor apostar por una sobreaceleración de 5,1 GHz, ya que, en nuestro caso, la temperatura se mantiene en unos 90 ºC estables. De todas formas, si vas a someter la CPU a tareas exigentes como renderizaciones, te recomendamos que rebajes la frecuencia de nuevo a 5 GHz.
Por increíble que suene, reducir la frecuencia apenas un 0,1 GHz da como resultado una caída de hasta 10 ºC en los momentos de máxima exigencia.
También, si lo deseas, puedes configurar los perfiles de los ventiladores desde la BIOS. Para ello, accede a ella y pulsa en la pestaña "Hardware Monitor".
Deberías ver en pantalla algo así:
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En este apartado puedes configurar las curvas de todos los ventiladores en uso, incluidos los del sistema de refrigeración de la CPU. Fija velocidades más altas si la temperatura suele ser elevada (de 90 ºC para arriba).
¿Te ves capaz de sobreacelerar cualquier procesador de Intel siguiendo estos pasos?
¡No te puedes hacer una idea de lo divertido que es sobreacelerar las CPU de Intel! ¡En serio! Sin embargo, debes reunir una serie de requisitos antes de poner en acción esta guía en otros procesadores y placas base.
- Para empezar, necesitas una placa base Z490 para poder acceder a las opciones de sobreaceleración de los procesadores Intel.
- Debes contar además con una CPU Intel Core "K". Esta letra es indicativa de que el procesador está desbloqueado y es posible practicarle sobreaceleración. Valen, por ejemplo, el Core i9 10900K, el Core i5 10600K o el Core i9 9900K, por citar algunos.
- Y, por último, conviene también disponer de un buen sistema de refrigeración líquida de 360 mm (que es el que recomendamos) o, al menos, de 240 mm para lograr un buen control de la temperatura.
¡Eso es todo!
Recuerda que los niveles de estabilidad varían según cada CPU, por lo que no existen unos mismos voltajes y frecuencias óptimos para lograr una experiencia estable para todos los procesadores.
¿Qué mejora de rendimiento has obtenido al sobreacelerar tu 10900K? ¿Qué frecuencias y voltajes has utilizado y cuál es la temperatura que has conseguido? ¡Estamos deseando saberlo, así que déjanos un comentario abajo!